Hace unos 100 anos, Sunyani era un trozo de selva, quien sabe si todavía visitada por los elefantes, cuya presencia inspiro el nombre toponímico. Hacia principios de siglo XX, los ingleses empezaron a construir edificios de estilo colonial aprovechando un cruce de caminos, y no resulto mal la idea, ya que el nuevo enclave asumió la capitalidad de la región en los anos 20.
Todavía hoy quedan algunos edificios de esta época diseminados por las calles mas céntricas, que desafiando el urbanismo europeo, son amplias avenidas de trazado ortogonal. Las políticas de conservación del patrimonio no funcionan, o puede que ni siquiera existan, así que estos edificios no solo están en mal estado y sus rehabilitaciones son inadecuadas (o inexistentes…), sino que también presentan serios problemas de hacinamiento.
Sin embargo son los únicos elementos que recuerdan que este lugar tiene una historia; corta, eso si. Además durante varias décadas, fueron los principales exponentes de una incipiente ciudad, ya que el Sunyani actual se ha configurado en 20 anos.
En los 80 la ciudad se reducía a una calle, no existían los principales edificios que actualmente la caracterizan, ni siquiera había llegado el pavimento a sus avenidas. El mercado era reducidísimo; no existía el arroz siquiera, solo los productos de las huertas locales (yam, cazaba, plantein, frutas…) y, aun sin tener datos fiables a mano, me atrevería a declarar que su población no llegaba a una decima parte de lo que es hoy en día.
Actualmente el municipio de Sunyani cuenta con una población que sobrepasa los 200.000 habitantes (unos 80.000 de los cuales habitan la mera ciudad) y su extensión ha aumentado exponencialmente. El mercado ha multiplicado el numero y variedad de productos ofertados, aunque todavía queda lejos del “mundo civilizado” (queremos comprar queso? Solo existe el “laughing cow” - “la vaca que rie”, para los amantes de la lengua de Cervantes).
Pero paremos aquí, que el Sunyani actual es objeto de otra pagina del blogg.